
En la casa de Silvestre Francisco Dangond Corrales siempre se respiró música, pues su padre William José El Palomo Dangond cantó al lado de Andrés El Turco Gil en la década de los 70 y de aquella carrera quedaron diez sencillos y la pasión familiar por la música, en especial por el vallenato. De su madre, Dellys Corrales Rojas, Silvestre heredó el carisma y la simpatía que le ha permitido acercarse a millones de seguidores en todo el mundo.
Cuando en 1982 sus padres decidieron radicarse en Valledupar, la capital del vallenato en Colombia, Silvestre empezó a relacionarse aún más con la esencia de las canciones y los instrumentos propios de este ritmo. Según relata su propia madre en la biografía oficial del cantante, "era un niño que se hacía querer (...) mostrando siempre un interés excesivo por la música vallenata, llegando en muchas ocasiones a escaparse en horas de la noche, si por donde estuviese pernoctando escuchaba las notas alegres de un acordeón".
A los 13 años grabó una canción dedicada a Valledupar y siempre estaba cantando y ganando premios en los concursos escolares. Pero la vida familiar dio un giro importante cuando se trasladan a Bogotá, porque en aquel ambiente Silvestre tenía que demostrar aún más su talento y ganarse un lugar en la inmensa capital de la República. Junto a su amigo el Coco Zuleta se presentaba en fiestas y reuniones privadas, tratando de hacerse con un nombre y un estilo particulares. Fue un trabajo duro que, finalmente, dio sus frutos en 2002 cuando grabó con Sony su primer disco titulado Tanto para ti.
Quién me mandó, Muñeca de porcelana y Necesito verte fueron sus primeros éxitos y de ahí en adelante fue imparable. Los críticos agradecían la incursión de un buen compositor en el mercado vallenato y los fans se iban rindiendo a los pies de este carismático guajiro formando una verdadera pasión silvestrista.
Junto a Juancho de la Espriella ha grabado temas inolvidables como Mi amor por ella, La pinta chévere y el Ring ring; pero el que definitivamente lo catapultó a la fama internacional fue el éxito La colegiala. Esta canción ha sido un fenómeno tan impresionante en emisoras de radio y conciertos que muchos empezaron a comparar a Silvestre con el Cacique de La Junta, Diomedes Díaz.
De hecho, fuera de los escenarios, a Dangond lo han llegado a calificar de polémico porque es espontáneo a la hora de opinar y ha protagonizado más de un momento álgido retando a su público o lanzando indirectas a otros artistas de su género como Peter Manjarrés. En una entrevista, él mismo reconoció que era impulsivo y matizó que lo importante es decir las cosas que uno siente. No puedo quedarme callado todo el tiempo, esa es mi razón de ser y más en la música que siempre se cometen injusticias que antes no se cometían y yo estoy ahí para defenderlas.
La miradita, Así no sirve, La indiferencia, La pareja del momento y El original son algunos de los éxitos más rotundos de este artista que ya ha traspasado las fronteras colombianas. Por esta razón, él mismo admite que decidió trasladarse a Miami con su esposa, Pieri Avendaño y sus tres hijos (Silvestre José, Luis José y José Silvestre) para buscar una mayor proyección a su música y llevar el vallenato más allá de lo que ha llegado.
Después de grabar siete discos con Juancho de la Espriella, Dangond se une al acordeonero Rolando Ochoa para grabar La novena batalla (2013) y después graba Sigo invicto (2014) al lado de su primo, Lucas Dangond. Este trabajo es un paso más en su carrera hacia la internacionalización pues contiene temas pegajosos y románticos, con un toque muy moderno, pero sin perder la esencia del vallenato.
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