Para Daniela Ospina el fútbol siempre ha sido una constante. Por eso no es extraño que le encante disfrutar los partidos de su esposo y de su hermano y analizarlos desde diferentes ángulos. Ella misma es deportista y sabe los sacrificios que debe enfrentar cualquier persona que quiera llegar a competencias de alto nivel.
Daniela Ospina vive el fútbol por partida doble

- Familia y espíritu deportistaAbrir
- Daniela y JamesAbrir
Lo que sí admite la esposa de James Rodríguez es que ir al estadio nunca fue una opción en su casa. Era como algo natural en familia, que no admitía ninguna objeción.
- Con el sobrino, muy pequeñitoAbrir
"Confieso que no sé si siempre me gustó el fútbol, creo que no alcancé a decidir (risas), ellos me llevaban siempre. Era un plan amorosamente obligado. Y así, ¡total!, me encariñé con el fútbol, obligada o no, y ahora ¡me encanta! Lo vivo y lo sufro como buena hincha", explica la voleybolista y administradora de empresas en la reciente entrega de la Revista Cromos, dedicada al Día del Padre.
- ¡Los llamados a jugársela!Abrir
Para su papá, don Hernán Ospina, era un orgullo ver a su hijo mayor jugar al fútbol desde tan pequeño y por eso no cuestionaba si su esposa Lucía Ramírez o si su hija, Daniela querían acompañarlo. Era plan familiar sin discusión.
- Plan familiarAbrir
"Mientras mi hermano jugaba fútbol desde los siete años, yo me dedicaba al voleibol. Así que el deporte siempre ha estado en nuestras vidas. De los recuerdos más bonitos que tengo de pequeña, era cuando íbamos juntos a acompañar a mi hermano David a jugar. Esto se convirtió en un plan familiar de cada ocho días. Todas las semanas vimos cómo iba mejorando en su carrera en el fútbol", cuenta Daniela en Cromos.
- Los padres de Daniela y DavidAbrir
Doña Lucía y don Hernán siempre inculcaron en sus hijos el amor por el deporte, como una forma de ser mejores estudiantes y de destacarse en una actividad sana. Por eso, la pelota (de fútbol o de voleybol) era una más en la familia.
- Apoyo desde siempreAbrir
"Cuando fuimos creciendo, disfrutábamos aún más ver el progreso de mi hermano. Era una alegría familiar indescriptible. Lo apoyábamos y aplaudíamos en cada partido. Siempre hemos sido una familia muy unida", apunta Ospina en su crónica.
- James, el yernoAbrir
Lo que más admira Daniela de su papá es su capacidad crítica. Es capaz de reconocer una mala jugada, incluso si su hijo o su yerno están involucrados. Es imparcial a la hora de emitir juicios.
- Las primasAbrir
"Lo que más le admiro como aficionado es que es un buen crítico de fútbol. Sabe diferenciar muy bien las buenas y las malas jugadas. Tantos años de experiencia le han afinado el ojo y, claro, sus comentarios".
- Madre y tíaAbrir
Esta noche, cuando Colombia se enfrente a su prueba de fuego ante Chile, veremos a Daniela Ospina y a toda su familia muy concentrados en la cancha, con el corazón dividido entre James y David, pero con una sola camiseta puesta por la Selección.
Para Daniela Ospina el fútbol siempre ha sido una constante. Por eso no es extraño que le encante disfrutar los partidos de su esposo y de su hermano y analizarlos desde diferentes ángulos. Ella misma es deportista y sabe los sacrificios que debe enfrentar cualquier persona que quiera llegar a competencias de alto nivel.
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"Confieso que no sé si siempre me gustó el fútbol, creo que no alcancé a decidir (risas), ellos me llevaban siempre. Era un plan amorosamente obligado. Y así, ¡total!, me encariñé con el fútbol, obligada o no, y ahora ¡me encanta! Lo vivo y lo sufro como buena hincha", explica la voleybolista y administradora de empresas en la reciente entrega de la Revista Cromos, dedicada al Día del Padre.
Para su papá, don Hernán Ospina, era un orgullo ver a su hijo mayor jugar al fútbol desde tan pequeño y por eso no cuestionaba si su esposa Lucía Ramírez o si su hija, Daniela querían acompañarlo. Era plan familiar sin discusión.
"Mientras mi hermano jugaba fútbol desde los siete años, yo me dedicaba al voleibol. Así que el deporte siempre ha estado en nuestras vidas. De los recuerdos más bonitos que tengo de pequeña, era cuando íbamos juntos a acompañar a mi hermano David a jugar. Esto se convirtió en un plan familiar de cada ocho días. Todas las semanas vimos cómo iba mejorando en su carrera en el fútbol", cuenta Daniela en Cromos.
Doña Lucía y don Hernán siempre inculcaron en sus hijos el amor por el deporte, como una forma de ser mejores estudiantes y de destacarse en una actividad sana. Por eso, la pelota (de fútbol o de voleybol) era una más en la familia.
"Cuando fuimos creciendo, disfrutábamos aún más ver el progreso de mi hermano. Era una alegría familiar indescriptible. Lo apoyábamos y aplaudíamos en cada partido. Siempre hemos sido una familia muy unida", apunta Ospina en su crónica.
Lo que más admira Daniela de su papá es su capacidad crítica. Es capaz de reconocer una mala jugada, incluso si su hijo o su yerno están involucrados. Es imparcial a la hora de emitir juicios. "Lo que más le admiro como aficionado es que es un buen crítico de fútbol. Sabe diferenciar muy bien las buenas y las malas jugadas. Tantos años de experiencia le han afinado el ojo y, claro, sus comentarios".
Esta noche, cuando Colombia se enfrente a su prueba de fuego ante Chile, veremos a Daniela Ospina y a toda su familia muy concentrados en la cancha, con el corazón dividido entre James y David, pero con una sola camiseta puesta por la Selección.
Fotos: Instagram