
José María Gutiérrez Hernández Guti ha sido uno de los grandes futbolistas que ha dado España. Y, a decir de algunos, hubiera podido llegar aún más alto si no hubiera sido por su carácter temperamental y un tanto ciclotímico. Guti (y bien lo saben los aficionados –y en concreto los hinchas del Real Madrid-) era capaz de ejecutar la mejor jugada imaginable y, en el mismo partido, permanecer ausente sin motivo alguno. Aún así, fue uno de los grandes en el Real Madrid y en la selección española. Y también ha destacado siempre por sus estilismos, que jamás han dejado indiferente al personal. Sus peinados y sus pintas variaban de una semana a otra de modo radical.
En cuanto a amoríos, la relación más estable de Guti es la que mantuvo con Arantxa de Benito. Con ella se casó en la Iglesia de los Jerónimos de Madrid en 2001. Tuvieron dos hijos, Zara y Aitor, y un sinfín de crisis que derivaron en la ruptura definitiva en 2009.
Liquidado su matrimonio se dijo que hubo un rollete sin mayores consecuencias con Raquel Rodríguez. Ambos lo desmintieron con poca convicción y no paso nada.
Llegaría luego Noelia López, con la que vivió un turbulento romance. Se querían (el futbolista se llegó a tatuar Noe) pero aquello no cuajaba e iban de bronca en bronca. Entre otras cosas porque Guti vivía bastante lejos en aquellos días. Concretamente en Turquía, de donde llegaban imágenes del futbolista saliendo de juerga muy animado o tirando los tejos en riguroso directo a una presentadora de televisión. Resultado: que tuvieron que cortar.
En 2011 Guti está tomándose una copita en una discoteca y se encuentra a una espectacular morenaza. Se la presentan. Es Romina Belluscio y el flechazo resulta de los de aquí te espero. Empiezan a tontear vía Twitter para que todo el mundo lo vea e, inesperadamente, la cosa sale bien y comienzan a salir. Les da el subidón y anuncian boda pero en un rapto de sensatez deciden esperar un poco. Eso sí, en seguida tienen un hijo: Enzo.